Arte y cultura clásica
Arte y cultura clásica es un conjunto de conceptos culturales de la civilización occidental referidas al desarrollo de las civilizaciones del mundo clásico, es decir griega y romana, las cuales son también el principal límite geográfico de los conceptos. Se incluyen en esta categoría las expresiones de la cultura material, incluyendo las artes menores, así como las denominadas bellas artes. Dentro del ámbito cultural se consideran las instituciones, tradiciones y costumbres del mundo grecolatino. También se puede incluir dentro de este ámbito la recuperación y revaloración realizada de estos durante el Renacimiento.
Arte y cultura clásica como herencia cultural de Occidente
El arte y la cultura clásica son la herencia cultural de la civilización occidental, reivindicada conscientemente a partir del Renacimiento (siglo XV y XVI), el Clasicismo (siglo XVII) y el Neoclasicismo (siglo XVIII).
Durante los debates de la redacción del Proyecto de Constitución Europea (Tratado de Roma 2004, que finalmente no entró en vigor), uno de los asuntos que más se discutió fue cuáles son las raíces culturales y de civilización de Europa, y si convenía introducir en el texto del Tratado una cita expresa que pusiera o no al mismo nivel las raíces clásicas y las raíces cristianas del continente.
ARQUITECTURA
GRECIA
Los griegos, después de conocer los templos pétreos de los egipcios, comenzaron en el siglo VII a.C. a construir sus propios templos en piedra, con un estilo propio y específico. Utilizaron la piedra caliza en el sur de Italia y Sicilia, el mármol en las islas griegas y en Asia Menor y la caliza revestida con mármol en el continente. Más tarde levantaron sus edificios principalmente de mármol.
En las polis griegas el centro de la vida urbana era el ágora o plaza pública. En ella se desarrollaba la vida económica, política y religiosa de la polis. Era el lugar predilecto de los hombres para reunirse y charlar de los más diversos asuntos. Los mercaderes se instalaban en el ágora, en pequeños tenderetes de madera. Una de las más construcciones más características del ágora es la stoa, edificio de planta rectangular estrecha que podía llegar a tener dos pisos. Su finalidad solía ser la de proporcionar un refugio frente a la lluvia o el sol a las personas del mercado. Otro edificio propio del ágora era el Bouleuterion, o edificio del Consejo Municipal. No faltaban tampoco en el ágora las bibliotecas, como la famosa biblioteca de Panteno o de Éfeso; los gimnasios; las torres de los vientos (edificios donde se colocaban relojes de sol o de agua y una especie de veleta); y por supuesto los templos y altares. Así en el ágora de Atenas había un templo a Ares y otro a Apolo y un altar a los doce dioses principales.
TEMPLOS
El templo griego, concebido como la casa del dios, se alzó siempre sobre un solar sagrado al que le rodeaba un muro perimetral a fin de separarlo del mundo profano. Su ubicación se asoció siempre a principios luminosos de carácter natural, propiciados por la tradición o las características propias del lugar, acentuadas por un elemento de ancestral veneración: un árbol, una fuente, una gruta, un bosque, una montaña, un acantilado etc., que por su especial configuración podían ser consideradas como cratofanías (manifestaciones) de la divinidad. Los requisitos básicos a la hora de elegir el lugar para la edificación de un templo eran la presencia del agua (río o manantial) una adecuada orientación con respecto al sol (la fachada principal era siempre la oriental) y una hermosa vista panorámica capaz de provocar una emoción reverente.